29 November 2020

Ángel de mis sueños

Otra vez volviste a mis sueños anoche,

otra vez distante y algo recelosa

no franca y abierta como te recuerdo

sino controlada como te adivino

ahora que han pasado dos años de ausencia,

un siglo de insidias y maledicencias,

milenios de infamias, traiciones y engaños

y una eternidad de conjetura estéril.

 

Pero aquí estuviste – o allá, en el molino

borroso el lugar, como es frecuente en sueños

borrosa tu imagen, vagos tus contornos

¿cómo no han de serlo si, aunque esté durmiendo

la mente discierne que ha pasado el tiempo

pero no se atreve a retratarte clara

para no prestarte rasgos inventados?

 

A nadie conozco con más precisión

que a ti, niña mía, por haberte criado

por haberte visto crecer frente a mí

por haber cantado tu canción de cuna

por haber velado tu sueño voluble

por haber domado tus ojos ariscos

hasta que aprendieran a mirar de frente.

 

Porque, cuando infante, tu voz era el son

que iniciaba el día con llamado urgente

y, cuando más grande, tu cara radiante

todas las mañanas de luz me inundaba.

 

Porque por las noches leíamos juntos

y vi florecer tu amor por la lectura.

Porque hasta comprar el diario te antojaba

rito que los dos debíamos cumplir

y tú me esperabas contra la ventana

cuando algún recado me exigía ir solo.

 

Porque acompañabas mis expediciones

por el campo abierto y la orilla del río

lloviera o nevara, tú y yo siempre juntos,

tácitos aliados en esa contienda

que ya conflagraba todo nuestro entorno

nunca declarada, siempre combatida

de ella éramos parte sin estar conscientes,

como comprendimos cuando ya era tarde

y nos consumió su atroz apocalipsis.

 

Porque te gustaba estar conmigo siempre

y tu compañía fue el don más precioso

que me dio la vida por diez cortos años.

Porque me haces falta, y a diario te invoco

porque protegerte es mi razón de vida

y tu bienestar el norte de mi brújula,

porque a toda hora tus ojos azules

guían mi camino por estas tinieblas.

 

El mapa difuso de este viaje incierto

nunca es más preciso que cuando dibuja

tu rostro, hija mía; eso no se olvida.

Si algo nebulosa surges en mi sueño

no es porque te olvide; es porque respeto

-       así de dormido como en la vigilia -

los años que pasan, tu vida, tus cambios,

la incógnita nueva que avanza y me elude

de tu ser actual, allá, en la lejanía.

 

Por eso agradezco que cuando apareces

en sueños como el de anoche, tan reales,

sepas ser tú, aunque no sé quién eres,

que sigas sabiendo mejor que yo supe,

como demostraste en nuestro año postrero,

sacar lo más bueno de un mundo imperfecto,

dar amor según la situación permita

perdonar falencias sin dejarte hundir.

 

Si una vez tú fuiste un ángel de metáfora

hoy lo eres del todo y en sentido exacto.

Lo mostraste anoche; lo muestras seguido

cuando manifiestas tu presencia grácil,

guardas tu distancia pero me acompañas

muy cerca de mí, ya parte de mi ser.

Sé que estás aquí, te siento, te conozco.

Quiera Dios que así también yo pueda estar

presente en alguna esfera en la que habitas,

ángel de mis sueños, en tu compañía.

 

No comments: