Corriente
que fluye desde el primer día
Agua
primigenia que lava y disipa
las
incertidumbres, los miedos, las sombras
Caudal que
discurre alimentando sueños
nutriendo la
fe en un cosmos ordenado
Donde otrora
fuiste promesa de alianza
de
seguridad, de afectos y de ensueños
donde
fluiste un día por mi aorta vital
tu corriente electrizándome de fuerza
de pronto
mudaste contenido y forma
hizo de ti
presa una metamorfosis
creciste,
desbordaste, viraste, arrasaste,
diezmando a
tu paso un mundo y sus cimientos
¿Quién eres,
pregunto, tú que hasta hace poco
me infundías
calma y me dabas sosiego,
permitiendo
que mi universo tuviera
dos pies y
cabeza, un principio y un fin?
¿Qué torva
tiniebla te ciega y te impide
ver quién es
tu aliado y quién tu contrincante?
¿Qué
alquimia macabra te convierte en monstruo
que
odia y que devasta lo que halla a su paso?
¿De dónde
proviene esa sed de exterminio?
¿Qué demonio
inflama tus aguas de lava
sembrando
destrozo en los campos que ayer
irrigaras
como una savia vital?
En mi vida
fuiste mi padre, mi río,
mi hija, mi
patria y, hasta ayer, mi flor
Me hiciste
creer que en ti se podía
flotar,
llegar lejos, cifrar un destino,
soñar un
futuro
Hoy está
tronchada la ilusión de otrora
tu sísmico
estruendo ha espantado los sueños
Ha abierto
los ojos la inocencia crédula
que hasta
ayer porfiaba en creer tu promesa
y veo que en
el lecho del río no hay nada
una grieta
yerma, reseca y desierta
pasado el
peligro, pasado el terror,
pasadas
también las bienaventuranzas.
Hoy por otros
lechos llevas tu torrente
tu rumbo no inunda
ya mi geografía
ya no se
entrelazan tu curso y el mío
tus meandros
no entrecruzan mis albures
tus
torrentes no dialogan con mis furias
tus remansos
no consuenan con mis éxtasis
tus riadas
no acompañan mis zozobras.
Somos líneas
paralelas
que sólo se
encontrarán,
si algún día
se encuentran
- si no
miente también
la geometría
-
en el
infinito.